actividades económicas del valle de Bielsa

MINAS Y METALURGIA A partir del siglo XII, en el reino de Aragón se ponen en funcionamiento un buen número de explotaciones mineras, a fin de dotar de mineral a la floreciente industria metalúrgica. Los primeros datos sobre esta actividad en Bielsa proceden de la carta de población otorgada a catorce mineros por Alfonso II, en 1191, a fin de iniciar la extracción de hierro y plata en el valle. Esta carta puede referirse a Parzán y no a la villa de Bielsa. Les concedía autorización para construir un castillo, villa y molinos, con derecho de entradas y salidas, aguas, pastos, bosques y con hombres y mujeres que allí se asentasen. El monarca considera a estos mineros como un grupo privilegiado, al atribuirles el dominio sobre los elementos naturales, sobre las personal, y al eximirlos de tributo sobre la mercancía, además de las prestaciones militares. La nómina de los "maestros mineros" demuestra que se trata de un equipo con diversas procedencias -francos, aragoneses, catalanes y castellanos-. Desde el siglo XIV, la documentación ya alude a maestros y obreros, y a sus funciones como "afinadores de plata", "coladores de plomo y cobre", "maestros, operarios y carboneros". La propiedad de las minas y herrerías es real, pero la gestión se atribuye a arrendatarios a cambio de una participación porcentual en la producción. Subsidiariamente, se crearon centros primitivos de producción de carbón vegetal para alimentar las fundiciones. Todo ello formaría una cadena, en la que hay varios molinos hidráulicos, seguramente ubicados en la zona de Salinas, hasta donde se bajaría el mineral, en los que con grandes martillos se trituraba el mineral, separando las impurezas para someterlo después a refinamiento en hornos. A principios del siglo XIV la producción férrica recibe un nuevo impulso. La carta de protección emitida por Jaime II, en 1316, confirma el desarrollo de la industria extractiva y de transformación en Bielsa. Las minas belsetanas eran de una pureza mediocre, y se daba una conjunción de minerales en ellas "argento, plumbo et cuppro", cuyo aprovechamiento va unido. A mediados del siglo XV, se producían en ¨Bielsa unos 6.500 kg. de mineral de hierro, que en parte eran exportados a Francia, Cataluña y Aragón. En lo que respecta a la plata sus beneficios nunca fueron excesivos. Las minas belsetanas subsisten sin brillantez durante los siglos XVI y XVII, afectadas por la competencia de las explotaciones vascas y catalanas. Madoz cita para 1788 la existencia en Bielsa de tres fundiciones de hierro, dos de las cuales fueron arrastradas por una gran riada. Ignacio de Asso escribía a fines del siglo XVIII: "hai en los terminos de Bielsa abundantes minas de hierro espatoso, y hematies, de galena, y otras de cobre" A mediados del siglo XIX sólo subsistía una de las fundiciones, con un ámbito productivo ceñido al autoconsumo. La sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya intentó la modernización de la explotación, mediante la instalación de un cable de 14 Kms. tendido entre Parzán y la frontera francesa, lo que permitió mantener la explotación hasta 1926.
  

EL BOSQUE
   
Dentro de la estructura agraria, conviene reseñar la importancia que tuvo en el valle de Bielsa la producción forestal.
  
Los bosques eran atacados por campesinos en busca de tierras, por pastores necesitados de pastos, por carboneros que abastecían las forjas y minas, y por los madereros, que exportaban los troncos por el río hacia la costa mediterránea, para la construcción de embarcaciones y navíos.
  
Frente a estas agresiones, el concejo intentó ya, a fines del siglo XVII, el restringir la tala indiscriminada e incluso controlar el incendio de los montes.
  
Las ordinaciones de los montes de Bielsa de 1666 establecían unas estrictas medidas sobre carboneo, artigas, bosques, pastos, panares y cabañeras. También contienen medidas para el exterminio de lobos y osos, conservación de caminos reales, facultades para elaborar cal y veda de truchas.
  

En el pasado el bosque proporcionaba, además otros productos, hoy en desuso, como la resina para el alumbrado de las teas, la madera para la construcción, la leña para el hogar...
  
Hoy, el bosque sigue ocupando grandes extensiones en el valle - 95% del término municipal-, aunque su explotación ha quedado reducida a un nivel casi testimonial.
  
  
Las posibilidades económicas de los montes son diversas: pastos, leñas..., y de ellos se han extraído importantes ingresos, que han llegado a suponer el 70% de las entradas totales del Ayuntamiento.
  
De esta gran extensión forestal podrían extraerse hasta 4.000 m3 de madera, aunque el Ayuntamiento prefiere desarrollar la idea de que el bosque es una riqueza medioambiental inestimable, por lo que se apoya la tendencia alcista de su explotación turístic
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