Rothshild y la conexión con España

Entre 1835 y 1931 la Casa Rothschild estableció una de las redes de negocio más complejas, influyentes y duraderas de la historia económica española. Por ella pasarían negocios tan dispares como la concesión de servicios financieros a la Hacienda Pública y al Banco de España y el control de empresas mineras y ferroviarias de primer nivel, como la Rio Tinto Co., la Société Minière et Metallurgique Peñarroya y la Compañía de Ferrocarriles MZA, junto a otras sociedades de singular importancia dentro del ámbito manufacturero como la Deutsch & Cie, principal refinadora de petróleo en España a fines del Siglo XIX [...]

En el caso de la de Madrid, la agencia se formó al delegar Lionel Rothschild todo los asuntos en España en un empleado de la Casa que le había acompañado en su visita de 1835, Daniel Weisweiller, al que se otorgó un poder universal para actuar y llevar a cabo cualquier operación en nombre de la Casa Rothschild. Weisweiller trabajó solo durante 20 años, salvo los meses de 1838 que le ayudó Scharfenberg antes de trasladarse a Cuba por el espectacular nivel que tomaron las operaciones acordadas y pendientes de pago a cuenta de la Intendencia de la isla.

A fines de los años 40 Weisweiller estaba absolutamente sobrecargado de trabajo, pendiente de diversos problemas de salud, y con la sensible pérdida de sus empleados de confinza, Barcaiztegui y Estanislao Urquijo, por lo que los Rothschild enviaron en su ayuda aIgnacio Bauer, uno de los más brillantes empleados de la Casa. De origen húngaro, pero nacido y criado entre los Morpurgo de Trieste, Bauer era sobrino de Moritz Goldschmidt, que, a su vez, había sido el jefe de empleados de Salomon en Viena (Ferguson, 1998b, pág. 300 y Gille, 1967, pág. 576). También se envió al alemán Guillermo Ettling, aunque no sabemos en que momento anterior a 1850 se incorporó a la Agencia. La situación de ambos no sería, sin embargo, la misma en Madrid, puesto que Bauer acudía a España como un alto empleado de la casa y segundo de a bordo, para colocarse pronto a la misma altura de Weisweiller, en tanto que Ettling tendría un papel más secundario; aunque en varias ocasiones se le concederían plenos poderes de representación.

Weisweiller y Bauer decidieron institucionalizar su relación entre iguales el 1 de Enero de 1855, con la creación de la sociedadWeisweiller & Bauer Cía. Ese mismo día también se escrituró la asociación de K. Scharfenberg con la casa Tolmé & Compañía, para formar Scharfenberg, Tolmé & Cia, que funcionaría en delante como enlace de la Casa Rothschild en La Habana, como ya venía haciendo desde 1838.

Miguel A. López Morell y José María O’Kean Rothschild en España. La red de negocios de la Casa Rothschild en España como una estructura de toma de decisiones y de gestión empresarial.

al príncipe Metternich le había parecido vital tener a Rothschild de su parte durante la prolongada rivalidad por el trono de España, rivalidad que estalló en un conflicto armado en el que se enfrentaron las potencias que apoyaban a la infanta hija del fallecido Fernando VII contra las que se alineaban junto a don Carlos, el hermano del rey difunto (ambos bandos esperaban el apoyo de los Rothschild). Francia y Gran Bretaña favorecían a Isabel II frente a la Austria de Metternich, en tanto Metternich no fue el último en saber que su protegido, James [Jacob Rothschild, que cambió el nombre hebreo por el de James],había conseguido una fabulosa concesión de la regente María Cristina (que gobernaba en representación de su hija de seis años) para explotar unas minas de mercurio. Perdió don Carlos y, con él, sus partidarios austriacos, lo que permitió a Rothschild conservar las minas de mercurio que, junto con los valores en cartera austriacos, les otorgaron un monopolio internacional”.

A partir de esta concesión de la Regente María Cristina de Borbón a los Rothschild, éstos adquirirán un poder omnímodo sobre las minas de Almadén, Peñarroya y Río Tinto, “donde se extraían las materias primas que alimentarían la era industrial: cobre y hierro, plomo y zinc. En virtud de un acuerdo con el gobierno español, los hermanos [Rothschild] tenían también el monopolio de la explotación de mercurio en este país, que no tardaría en representar más del cuarenta por ciento de la producción mundial.”

Además de la actividad minera, otra de las más suculentas fuentes de enriquecimiento para los Rothschild en la España del siglo XIX fue el despliegue del tendido ferroviario a lo largo y ancho de la península. En 1865 se estableció el enlace entre Francia y España, a iniciativa de una familia judeo-francesa rival de los Rothschild, los Pereire. En 1880, cuando un cataclismo bursátil sumió a los Pereire en la ruina, los Rothschild pasaron a dominar por entero el sistema ferroviario español con unos dos mil kilómetros de ferrocarril.

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