viernes, 21 de junio de 2013

VENTAJAS Y UTILIDAD DEL FERROCARRIL

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                Por Cayetano Yanes – junio 2013

 

 

Comenzaremos dando cuenta del siguiente despropósito histórico recientemente llevado a cabo. Por estas fechas de Junio del 2013 haocurrido un hecho histórico digno de resaltar: se ha cerrado en la línea de ferrocarril Sevilla-Mérida el servicio Sevilla-Llerena por parte del gobierno actual de la Nación que tantos cambios, no sabemos si irreversibles, ha llevado a cabo y que venía prestando servicio desde su fundación en el siglo XIX. Existía en el citado siglo XIX un dicho acuñado en el Reino Unido que decía “que el país construya caminos de hierro que ellos construirán el país”; en nuestro caso haremos un recordatorio histórico de la línea a la que hacemos referencia, línea que comunica en la actualidad dos capitales de Comunidades Autónomas, Mérida de Extremadura, que no tiene un solo kilómetro electrificado, siendo sus trenes los únicos de gasóleo que llegan a la estación de Atocha, y Sevilla de Andalucía, ambas las regiones de menor renta per cápita de España y de las de mayor índice de paro.

 

Su historia

 

En el siglo XVIII circulaban por Guadalcanal las siguientes vías de caminería: “la ruta del azogue” desde Almadén a Nueva España; “El camino Real” de Sevilla a Madrid por Talavera, con su ramal a Badajoz y Portugal (diccionario Madoz); el conocido camino coincidente con una “cañada real de Sayales” que transcurría desde el Mediterráneo por Córdoba hasta Badajoz y el Atlántico, que fue mejorado por Elorza en nuestra zona desde el Pedroso hasta Bienvenida para dar salida al norte en el siglo XIX a los hierros de la Fundición del Pedroso (ver figura en el álbum de fotos); en el siglo XIX aparece el ferrocarril que revoluciona las comunicaciones, teniendo la suerte Guadalcanal de pasar por su término la línea que en sus orígenes estaba ligada a la minería, la fundición del Pedroso y el carbón de Villanueva del Río y Minas, su historia es la siguiente: concurrieron en su proyecto varios grupos comerciales, bancarios y ferroviarios, que confluyeron en el norte de la provincia de Córdoba, comarca del Guadiato donde existían yacimientos de carbón, fuente de energía fundamental en el nacimiento de la era del vapor. Los principales actores fueron, por un lado, los socios de la empresa Cia Ferroviaria de Badajoz, denominada “la Badajoz”; su proyecto inicial era para la línea férrea: “Ciudad Real-Puertollano-Almorchón-Mérida-Lisboa”, con unión en Ciudad Real con la de Madrid, por lo que entraba en franca competencia con la cía. Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante –MZA- creada por escritura firmada en Madrid el 10 de enero de 1857, y que en 1866 tenía construidos 1.425 kmcuando aparecieron los graves problemas financieros de la empresa relacionados con la crisis económica general del país; era la MZAdependiente económicamente de la rama francesa de la Casa Rothschild en un tercio y los otros tercios por la banca Mirabaud y la banca Cahen de d’Anvers, la primera de ellas había comenzado invirtiendo en el sector del plomo en los años cuarenta del siglo XIX, inicialmente en la comarca de Peñarroya, y posteriormente en Jaén y Cartagena, la relación minería-ferrocarril era manifiesta; la tercera compañía en la citadacompetencia era la Compañía Andaluza de Ferrocarriles, de la que hablaremos. Es con posterioridad a la crisis de 1865 a 1868, del periplo de la Primera República (de la que fue ministro Adelardo López de Ayala) y las nuevas legislaciones al respecto, cuando se produce el resurgir de las construcciones ferroviarias coincidiendo cronológicamente con la entrada en la Badajoz de la banca francesa Societé Genérale y otras bancas extranjeras, y de los yacimientos mineros en general y concretamente en las cercanas comarcas de Azuaga, Berlanga (colindantes con Andalucía por la parte de Guadalcanal) y el norte de Córdoba.

 

 

Mapa de los principales caminos carreteros de España en el siglo XVIII, se aprecia el trazado Córdoba-Constantina-Zafra, citado en el texto, que discurre por la senda de Sayales.

 

Un conflicto de competencias se creó entre las compañías ferroviarias: la Badajoz, la MZA, (de la que el principal accionista era la banca Rothschild y sus asociadas francesas), y la Compañía Andaluza de Ferrocarriles, creada por Jorge Loring Oyarzabal, Joaquín de la Gándara, Tomas Heredia y Manuel Larios, empresarios malagueños, estos últimos con intereses en las líneas Sevilla-Mérida, Córdoba-Bélmez; y la MZA con intereses en la Sevilla-Huelva y posteriormente Huelva-Zafra, estas últimas relacionadas con los intereses mineros del cobre en Huelva de la sección inglesa de la casa Rothschild en las minas de Río Tinto (empresa RTCo.) y su comunicación con el puerto de Sevilla. La lucha de intereses retrasaron las obras de la línea Sevilla-Zafra, de especial importancia para la llegada del carbón, tanto de Villanueva… (Sevilla), como de la cuenca del Guadiato, a la fundición del Pedroso y, a su vez, a la fundición de Málaga. En esta última fundición se tenían fabricados los raíles para emplearlos en las vías, lo que hubiese supuesto un desarrollo fundamental para dicha fundición y adicionalmente para todo el entramado industrial andaluz. Finalmente la construcción y explotación de la línea se llevó a cabo por la empresa MZA, constructora de la estación de Córdoba, en la plaza de Armas de Sevilla (ver figura), las siglas de esta compañía pueden verse en el frontal de dicha estación y en diversos lugares de Villanueva del Rio y Minas, por ejemplo, en la chimenea que todavía existe y en los antiguos colegios, su disfrute duró hasta la nacionalización a RENFE en 1941. Es conocida la frase de James de Rothschild “quien construya las primeras grandes líneas obtendrá los grandes negocios en España…”; entre ellas estuvo la MZA y su paso por Guadalcanal.

Una vez terminada la línea, en 1889 un ingeniero italiano montó un monorraíl que trasladaba mineral de hierro desde la mina Las Herrerías hasta la estación de ferrocarril de Guadalcanal, en principio con tracción animal sustituyéndose posteriormente por una máquina de vapor, dicho mineral junto al de la Jayona, se utilizó como fundente de plomo por la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñerroya, la SMMP.

A partir de 1890, la compañía comenzó el proyecto de los 69 km de la línea Fuente del Arco-Peñarroya, (Compagnie Fives-Lille) para conectar directamente las minas de Peñarroya con el puerto de Sevilla, todavía no se entiende como esta obra se acometió como vía estrecha o métrica, lo que obligaba al trasbordo de mercancías, seguramente debido a la no finalización de los contactos entre la empresa citada y la MZA, que finalmente no quiso participar en su construcción que se realizó entre los años 1895 y 1897, el primer tramo hasta la mina Triunfo y la mina LLerenense, en Berlanga colindantes con Azuaga, se inauguró el 23-06-1895. Esta línea que se continuó hasta Puertollano fue la primera electrificada de Andalucía (foto de una máquina eléctrica usada en la línea en el álbum de fotos), y la segunda de España, a su paso por las fuertes pendientes de Sierra Morena, actualmente el trazado del AVE es paralelo a la referida línea.

Otras actividades en la zona se pueden resumir: en 1902 se monta el “tranvía aéreo” de 5,6 km desde la mina de la Jayona hasta la estación de Fuente del Arco, para emplear su mineral de hierro, junto con el de las minas de Guadalcanal como fundente en las fundiciones de plomo de Peñarroya, como hemos citado. En ese mismo año se crea en Alanís la explotación argentífera el Marín por la empresa Sociedad Argentífera Sevillana, con más de 500 empleados. En la década de 1870 la MZA adquirió las minas de carbón de Villanueva, con lo cual los Rothschild dominaban prácticamente la totalidad del carbón en el sur de España; en 1836 Antonio de Elorza y Aguirre recomienza el proyecto de la fundición del Pedroso, que estuvo en activo hasta 1895, año en la que se paraliza la producción vendiéndose a una empresa inglesa en 1899; Elorza fue siempre consciente de la necesidad del empleo del carbón mineral para la fundición del hierro, estuvo interesado en el carbón de Villanueva y el de la cuenca Guadalcanal-Fuente del Arco.

 

 

 

 Vista de la línea electrificada a su paso por la estación de Horcajo.

                            

 Fotografía de una máquina eléctrica utilizada en la vía estrecha. Después de la guerra civil fueron trasladadas al norte de España

 

 

El viaducto de Horcajo donde se aprecia la línea electrificada. Una nueva vista se aprecia en la imagen siguiente.

 

 

Fotografía de la actualidad donde se pueden ver al fondo la línea del AVE y en primer lugar el viaducto de Horcajo de la vía estrecha

                                 

Vista al fondo del monumental edificio de la sede central de la empresa SMMP en Peñarroya.

 

 

Vista de la estación de Córdoba, construida en Plaza de Armas, debajo del reloj están inscritas las siglas MZA 

 

Estaciones de Zafra, en primer lugar la de la línea Huelva-Zafra y al fondo la de Sevilla-Mérida

 

 

Estación de Guadalcanal nevada, aunque reciente, actualmente ha sufrido modificaciones.

                                

Siglas de la empresa en un edificio de Villanueva del Rio y Minas, y en el material.

 

Importancia económica

 

La línea férrea Sevilla-Mérida había sido concedida inicialmente a Manuel Pastor, el cual negoció la participación de su construcción con las empresas citadas, la Andaluza, la Badajoz y la MZA; finalmente, por fin en el verano de 1880 se acordó la integración de los competidores respecto a la línea Sevilla-Mérida, no sin antes pasar por algunos pleitos que retrasaron su conclusión, que ocurrió hacia finales de la década de los 80, la línea llegó a Guadalcanal en 1886. Otro dato sobre la economía de la comarca es que también el empresario minero Huelin cedió en 1881 sus intereses mineros en los yacimientos de plomo de Berlanga a la Peñarroya hasta 1910; la paralización de la línea Sevilla-Mérida supuso para la zona y sobre todo para la fundición del Pedroso un desastre económico. El hecho que la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya, SMMP, que llegó a convertirse en una auténtica multinacional, no tocase el sector siderúrgico, sector industrial del que tenía necesariamente que servirse para sus infraestructuras, no sólo mineras sino también industriales y ferroviarias, sólo se entiende por la existencia de algún pacto no conocido, al menos por mí, con los ferrones del norte, de forma que el suministro de material de hierro se efectuase por parte de dichas empresas del norte a cambio de alguna otra prebenda de índole política. No hay que olvidar que los Rothschild, y su red de negocios en España, tenían como base la utilización de influencias en la corte, iniciadas desde su entrada económicofinanciera en la guerra de la Independencia y la posterior época de Fernando VII. Ello supuso la principal herramienta para la toma de decisiones en sus negocios. A nivel ferroviario tenían como principales contrincantes a la empresa Ferrocarriles del Norte regentada por los hermanos Pereire. El hecho que esta última empresa tuviera intereses en el carbón de Villanueva, más la presencia de otras presiones que venían por la empresa la Badajoz, hizo que la línea Sevilla-Mérida y la unión con la Sevilla-Málaga, o la línea directa Peñarroya-Córdoba-Málaga no cumpliesen con la imperiosa necesidad industrial de suministrar el necesario combustibles para los altos hornos andaluces y las fundiciones de plomo de Jaén.

Ello se relaciona con el fallido proyecto de montaje en España de los primeros altos hornos por el sistema Bessemer en la Fundición del Pedroso, cuando todo estaba iniciado para su construcción.

La estrategia principal de la casa francesa era la de introducción en sus redes de influencia a ministros y personalidades; sirva de ejemplo citar como consejeros de la SMMP a Gonzalo y Álvaro Figueroa, marqués de Villamejor y Conde de Romanones respectivamente, o José Canalejas y sus hijos José y Luís, todos senadores. El más sonado de los sobornos se dio en 1834 y relacionado con la concesión de las minas de Almadén a los Rothschild, de forma que para evitar la oposición del ministro Toreno se le sobornó con una cantidad de 1,3 millones de francos (4.962.100 reales al cambio según datos de M. A. López-Morell y J. M. O`Kean en su trabajo titulado “La red de negocios de la casa Rothschild en España como una estructura de toma de decisiones y de gestión empresarial”), ambos autores citan “la Agencia tenía la costumbre de reservar, por sistema, un 2 0/00 de los beneficios del negocio para pequeños sobornos a informadores, amigos en el gobierno y políticos locales o próximos a sus zonas de influencia”. También citan dichos autores que por la defensa de la propuesta de la concesión de la pequeña línea Fuente del Arco-Peñarroya se pagaron hasta 5.000 pts. de la época a los senadores que defendieron la ponencia a favor de la MZA.

La SMMP según el autor citado, M. A López-Morell, llegó a tener un nivel de negocios tal que entre 1829 y 1914 representó entre el 6,7 y el 10,9 del total de las exportaciones españolas, llegando “a alcanzar el primer puesto por activos en el ranking de las empresas industriales radicadas en España y a convertirse en una empresa multinacional, a todos los efectos, con posterioridad a la Primera Guerra Mundial”. Veamos otros datos de producción de la empresa; desde 1908 se comenzó a recuperar cinc de los minerales de la mina S. Froilán, a partir de este proyecto se comenzó a fabricar ácido sulfúrico y como consecuencia se emplearon los excedentes de ácido en la producción de superfosfatos para fertilizantes.

Los minerales eran tratados por la compañía, de forma que en 1908 producía el 30,8 % del total de plomo dulce español, y en 1911 ya se producían 40.000 Tm de superfosfatos con el excedente de sulfúrico producido derivado de la tostación de las piritas. La empresa se amplió con la formación de otras empresas como la Sociedad de Piritas de Sevilla y la Sociedad Española de Tejidos Industriales, la primera destinada a asegurarse el suministro de azufre para la producción de superfosfato y la segunda para la producción de envases industriales, llegando a convertirse en una auténtica papelera. Las principales zonas de influencia de dicha empresa era Puertollano en Ciudad Real hasta Madrid, el norte de Andalucía y el sur de Badajoz, fue la mayor productora mundial de plomo dulce y la principal abastecedora de carbón, electricidad, superfosfatos y derivados del petróleo en toda el área geográfica de los alrededores, siendo líderes de los metales no ferrosos; fue una empresa dinámica en lo tecnológico y la integración industrial, empleando el modelo multitarea-multifunción para sus empresas, tenía más de 45 filiales en todo el proceso de producción y distribución y se caracterizaba por una auténtica obsesión por la tecnología. La política llevada a cabo por la rama francesa en la SMMP, más tecnológica, fue distinta a la llevada por la rama inglesa de los Rothschild en Rio Tinto por la empresa RTCo. Al contrario que en la RTCo., en la Peñarroya se optó por todo el proceso de refino, ciertamente la electrolisis ya se utilizaba en Montana (USA) en 1880, en 1918 la trajo la Peñarroya que había comprado la patente del refino del cobre por flotación y electrolisis a la empresa Mineral Separation; sin embargo, Rio Tinto estaba considerado en 1980, por su magnitud, el mayor centro minero del mundo. La comunicación de ambas sedes se llevó a cabo por la línea Huelva-Zafra, confluyendo en esta última población, a la que le proporcionó auge comercial, con la Sevilla-Mérida, que a su vez se comunicaba con Peñarroya-Puertollano por la vía estrecha de Fuente del Arco.

El cercano e intenso ambiente industrial dejó impronta en los alrededores, siendo los años de mayor despegue comercial e industrial de Guadalcanal sobre todo en el sector oleícola con la implantación de los molinos movidos por vapor y prensas hidráulicas, dos extractoras, destiladoras de aguardiente, tres harineras, empresas de transporte de mineral,…, eran los tiempos en Guadalcanal de los apodados “doce apóstoles”, hasta la guerra civil, que hizo desaparecer, entre otras iniciativas, a la SMMP. ParaGuadalcanal, la cercanía de la SMMP y la presencia del ferrocarril supuso una expansión de la comercialización de sus productos, entre los que podemos citar: aguardientes, lana y ganado, minerales, aceites esto último relacionado con la expansión de sus olivares; al mismo tiempo, se llevó a cabo la construcción de la carretera Llerena-Utrera (la comarcal 432) que relacionaba zonas cerealistas de la comarca sur de Badajoz y la comarca de Carmona-Utrera en la vega del Guadalquivir, en los años en los que se proyectó el frustrado (todavía hoy) regadío de la fértil vega de Carmona.

En vísperas de la Primera Guerra Mundial la SMMP se convirtió en la primera productora mundial de plomo dulce (118.017 Tm en 1914), “en 1916 alcanzó el record de 152.287 Tm de plomo fundido y también toma la cabeza de la producción de carbón en España con 828.825 Tm, por encima de las 724.094 Tm de la Duro Felguera”. En la década de 1920 la producción decayó como consecuencia de la crisis mundial, sin embargo, la empresa inició una renovación tecnológica como fue la aplicación de la técnica de flotación.

La crisis que llegó también al sector del carbón inclinó a la empresa a crear una nueva central térmica en Puertollano en 1924, con el fin de suministrar energía eléctrica a Madrid y al resto de la región. En 1919 había construido la central térmica de Peñarroya con dos turbo alternadores de 10.520 kW (10,5 MW) y se abría una vía de colaboración con la empresa Mengemor (posterior Compañía Sevillana de Electricidad) para la electrificación de la región, y su empleo en la empresa Electromecánica de Córdoba para el refinado de cobre onubense, en 1924 y empleando tecnología procedente de Estados Unidos (concretamente de la empresa Anaconda) se comenzó a estudiar la implantación de la electrolisis y de los hornos de fundición eléctricos, además de la electrificación de todas las instalaciones de la Peñarroya, incluidas las minas. Otro aspecto de la producción fue que desde 1919, con la creación de la empresa Aceites Minerales Españoles, se inició la destilación de las pizarras bituminosas de Puertollano, con un tipo de proceso de acuerdo con la empresa francesa Sté.

Lyonnaise des Schistes Bitumineux, lo que dio lugar a la creación de la refinería de Puertollano y en su desarrollo fue una auténtica industria petroquímica, la primera de España.

 

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