la riqueza metalogenética
del Valle de Alcudia y Sierra
Madrona posee una doble
vertiente: el cinabrio de la
zona de Almadén-
Almadenejos y la galena
argentífera de la mitad
oriental. Por las fuentes clásicas
conocemos que la gestión
de estos recursos estaba
en manos de la antigua
ciudad de Sisapo. Las excavaciones
arqueológicas que
se realizan desde 1980 en el
yacimiento de La Bienvenida
han permitido su identificación
con la antigua ciudad y
con el centro principal de
esta comarca, que controlaría,
no solo las explotaciones
de cinabrio que lo hicieron
famoso en la antigüedad,
sino también el plomo y
la plata del entorno.
Riqueza Minera del Valle de
Alcudia y Sierra Madrona
Redacción
La minería ha sido determinante
en el devenir histórico, social,
económico y cultural de las
distintas comunidades instaladas
desde tiempos remotos en la comarca
del Valle de Alcudia, marcando
una impronta imborrable,
que en buena parte ha condicionado
su actual paisaje.
En el distrito de Alcudia
existe una gran profusión de indicios
mineros, se han catalogado
un total de 484 minas metálicas
en una extensión de 2500 Km2,
en la mayoría de los casos se trata
de yacimientos filonianos de
plomo (galena argentífera) y zinc.
Desde la época protohistorica,
Bronce Final (siglo VIII
a.C.), se dispone de datos sobre
la actividad minera en el Valle de
Alcudia, aunque posiblemente su
aprovechamiento sea incluso anterior;
siendo en los años 70 del
siglo XX cuando terminaron los
últimos trabajos. El patrimonio
minero comarcal es de tal relevancia
que contempla, desde una
de las principales minas de la
época romana como Diógenes,
hasta uno de los yacimientos pioneros
en España en la introducción
de las máquinas de vapor
para desagüe, extracción y lavado
como es el caso de Minas del
Horcajo (1863).
Minería en el Valle de
Alcudia
La Comarca que hoy constituye
el Valle de Alcudia debió incorporarse
dentro de los patrones
políticos y económicos establecidos
por Roma a partir del 180
a.C. Sin duda el principal atractivo
ejercido por este territorio en
la Antigüedad se asocia con la riqueza
metálica de sus filones de
cinabrio y galenas argentíferas. El
asentamiento romano en esta zona
vino de la mano de una explotación
económica intensiva
centrada directa o indirectamente
en la actividad minero-metalúrgica,
eje principal a partir del cuál
se articuló gran parte del poblamiento
de la comarca creándose
una red viaria regional.
Las minas empiezan a ser
explotadas por los romanos desde
el final de las guerras lusitanas,
pero el beneficio a gran escala
se producirá a partir de finales
del siglo II a.C., siendo la
primera mitad del siglo I a.C. el
momento de mayor actividad.
La implantación territorial
de Roma consiste en la potenciación
de enclaves preexistentes a
su llegada, como La Bienvenida-
Sisapo, que hunde sus raíces en
el Bronce Final y había sido un
importante centro durante la época
ibérica. Se trata del núcleo urbano
de mayor entidad de la zona
y del centro gestor de los recursos
mineros.
Directamente en relación
con la explotación minera se fundaron
nuevos núcleos de diferente
categoría:
- Poblados mineros: Son
los lugares de habitación de los
trabajadores de una mina.
- Complejos minero-metalúrgicos:
Consiste en una agrupación
conformada por un poblado
y un centro de transformación del
mineral, que se localizan junto a
los filones en explotación. El mejor
ejemplo es Mina Diógenes (Solana
del Pino).
- Centros metalúrgicos: Se
trata de enclaves dedicados a las
actividades de transformación
metalúrgica. El mejor conocido es
Valderrepisa (Fuencaliente).
Una consecuencia fundamental
de la presencia romana
será la articulación de un entramado
viario que facilitara la administración
de los recursos minerales.
Esta red de comunicaciones
aprovechó, en parte, los pasos
tradicionales entre las cuencas del
Guadiana y el Guadalquivir, sistematizando
rutas que habían sido
transitadas durante el primer milenio
a.C. Una vía principal recorría
el Valle de Alcudia longitudinalmente
enlazando Sisapo con
Mérida y Zaragoza, en tanto que
otros caminos de vital importancia
minera comunicaban Sisapo
con Corduba y Castulo.
Tras el esplendor de la época
romana, la explotación del cinabrio
será retomada durante el
periodo islámico, en tanto que las
minas de galenas argentíferas no
serán objeto de nuevos trabajos
hasta el siglo XVI.
Sisapo-La Bienvenida
Los trabajos de excavación
sistemática que se vienen realizando
desde 1980 están sacando
a la luz restos de un núcleo antiguo
que funciona casi interrumpidamente
entre fines del siglo
VIII o inicios del VII a.C. hasta el
siglo V d.C. El momento de fundación
se relaciona con la Cultura
Tartésica asentada en el Suroeste.
Entre el siglo VII y la primera
mitad del VI a.C. se desarrolla
el Período Orientalizante, durante
el cuál el yacimiento permanece
abierto a los estímulos derivados
de la simbiosis entre los
elementos indígenas y los aportes
de los contactos con fenicios y
griegos a través del sur peninsular.
A partir de mediados del siglo
VI a.C. y hasta finales del IV a.C.
se asiste a la gestión y desarrollo
de la Cultura Ibérica perteneciente
a la región denominada Oretania.
Los restos constructivos
pertenecientes a las primeras fases
corresponden a viviendas de
planta angular, con los muros de
adobe o tapial levantados sobre
un pequeño zócalo de piedra y la
cubierta de ramajes sobre un entramado
de madera (Área 2). Este
modelo se mantuvo invariable
durante el periodo ibérico antiguo
y pleno, época en la que se documentan
viviendas con varias
habitaciones con hogares en adobe
en su interior. A esta fase se ha
adscrito también los vestigios de
un sistema defensivo. Se trata de
una muralla de casamatas; consta
de dos muros paralelos y pequeños
muretes transversales que
conforman estancias comunicadas
entre sí, con una clara funcionalidad
habitacional, ya sean por almacenes,
talleres o para cualquier
utilidad.
Los primeros restos que
acreditan la presencia romana se
remontan a fines del siglo II a.C.
Una transformación urbanística
importante se produjo a comienzos
de nuestra era, consolidándose
un nuevo trazado urbano del
que se han excavado una calle
de estructura porticada –el kardo
maximus– en dirección N-S, a la
que abren varias tiendas (taberlla,
creo la sociedad llamada “La
California Manchega”, explotando
especialmente La Romana.
Minas de El Horcajo
La explotación y poblado
minero de El Horcajo se encuentra
ubicado en pleno corazón de
Sierra Madrona, en el termino
municipal de Almodóvar del Campo,
a 28 km de la estación de ferrocarril
de Veredas. Fue el segundo
en importancia de toda la comarca,
después del de Villagutiérrez
en Villamayor de Calatrava.
El grupo minero del Horcajo
se ha caracterizado por el elevado
contenido en plata (1,7 a 2
kg de plata y del 68 al 77% de
plomo por tonelada de mineralgalena
argentífera). La organización
y los medios de producción
eran de los más avanzados en su
momento, por lo que su productividad
era de las más altas. A comienzos
del siglo XX, la extracción
del mineral se hacía con aire comprimido,
se trasportaba en un cable
flotante de casi un kilómetro
hasta el lavadero situado junto al
ferrocarril. Los sistemas de desagüe
fueron muy importantes, dada
la frecuencia en la inundación
de las galerías, de esta manera
los antiguos malacates accionados
por maquinas de vapor, fueron
sustituidos por bombas de balancín,
estas en 1891 por bombas
Rittinger y, por último, estas
fueron reemplazadas por bombas
centrífugas eléctricas en 1900;
siendo la tecnología minera más
avanzada del momento en España.
En el cerro donde se ubicaban
los pozos mineros y en torno
a ellos, se formo un poblado
minero que llego a disponer de
hospital, farmacia, escuelas, una
cooperativa de consumo y sociedades
de socorros y recreativa.
Además contaba con una iglesia
dedicada a San Juan Bautista. En
el momento de máximo apogeo
de la explotación llego a tener 554
casas y 1876 habitantes. En la actualidad
se mantiene en pie la
Iglesia, algunos interesantes castilletes
de obra, escombreras e
instalaciones de lavaderos y talleres.
El antiguo trazado del ferrocarril
de vía estrecha de principios
del siglo XX, nos ha dejado
un impresionante túnel de acceso
y un formidable puente.
Fundición Romana de
Valderrepisa
Tiene una extensión de 4
Ha, de las que solo se han excavado
1.100 m2, esta a una altitud
de 860 metros sobre el nivel
del mar, aunque esta rodeado de
montañas con alturas superiores
a los 1.100 metros.
El entorno posee abundancia
de agua y de madera, a la vez
que esta aireado, elementos clave
para la ubicación de una fundición
para la transformación de
mineral.
Continúa página 4
20 a 26 de febrero de 2010 Oretania 3
Reportaje
Oretania de Información Local
nae) y una enorme casa, a la que
denominamos la Domus de las
Columnas rojas.
Desde el siglo V d.C. el solar
de SISAPO se abandona hasta
convertirse en cantera para las
construcciones medievales existentes
en la aldea, como la Ermita
de Nuestra Señora de las Candelas,
el cementerio de pastores
o la Venta.
Nos hallamos ante un enclave
de importancia singular,
existen dos documentos epigráficos
recuperados en el propio yacimiento
que confirman la identidad
del núcleo con la capital minera
que gestionó la explotación
del mercurio y la plata existentes
en la vertiente sur de Sierra Morena.
Esta actividad constituyo la
función esencial del núcleo desde
su fundación, tal y como acredita
el hallazgo de cuarcita con
impregnación en cinabrio en niveles
de fines del siglo VIII , comienzos
del VII a.C.
Pozo Minero Los Dolores
A 5 Km al sudoeste del grupo
minero La Romana-Veredilla se
localiza la mina denominada “Los
Dolores”, junto a la Cañada Real
Segoviana y al margen derecho
del camino que unía la estación
de ferrocarril de Veredas con Minas
del Horcajo. Se trata de una
construcción de finales del siglo
XIX, compuesta por un castillete
de mampostería muy bien conservado,
bajo el cual se abre un pozo.
En las cercanías podemos
apreciar restos de un aljibe y los
enganches de los cables tensores
que sujetaban la rueda metálica.
El filón de mineral esta marcado
por algunas rafas visibles en superficie.
La Romana-Veredilla
El grupo minero de La Romana-
Veredilla se localiza en la
zona central del Valle de Alcudia,
en el término municipal de Almodóvar
del Campo. Es una amplia
zona que abarca 5 o 6 Km2, entre
los puertos Pulido y Veredas
de la Sierra de la Solana de Alcudia
y que agrupa un número considerable
de concesiones (Porvenir,
La Llave, Santa Ana, Federico,
Emperatriz, …) de las cuales, la
mas explotada y célebre es la denominada
“La Romana”.
Aldea de Veredillas: En
torno a 1880, una vez que Ceferino
Avecilla fue el propietario de
las explotaciones y crea “La California
Manchega” ; se construye
la aldea de Veredilla para los trabajadores
de la mina dotado de
canalizaciones de agua, diversas
calles a distintas alturas e, incluso,
una ermita que en 1887 se erige
en honor a San Ceferino; se
construye 45 metros por encima
de las minas para evitar el paludismo,
endémico en el Valle de Alcudia
por aquellas fechas.
A partir de 1900, se abandona
la explotación de La Romana
y el grupo minero empieza a
declinar, aunque hacia 1914 aún
contaba con 49 casas y 238 habitantes.
Durante los años 70 del
siglo XX las escombreras fueron
relavadas.
En la actualidad se observa
un gran dique de estériles, y
abundantes restos de castilletes
de mampostería que se elevan sobre
profundos pozos, en los que
todavía se pueden ver los arranques
de las galerías perpendiculares
enmarcadas por arcos de medio
punto realizados en ladrillo
macizo. En la antigua aldea de Veredilla,
se aprecian los restos de
las calles empedradas dispuestas
en bancales a diferentes alturas
para salvar la pendientes, que se
comunican por medio de escaleras
realizadas en ladrillo macizo.
De las viviendas solo se conservan
los cimientos de mampostería
y el inicio de los alzados de tapial
muy deteriorados, excepto una de
ellas que conserva la estructura
original intacta.
Mina La Emperatriz: Es
una de las principales concesiones
del grupo minero La Romana-Veredilla.
Mantiene dos castilletes de
mampostería con construcciones
anexas para la maquinaria, separados
unos 100 metros en dirección
E-O. Entre ambos se localiza
un gran dique de estériles.
Mina La Romana: Localizado
en la parte central del Valle
de Alcudia, en Almodóvar del
Campo, abarca de 5 a 6 Km2, entre
los puertos Pulido y Veredas
de la Sierra de la Solana de Alcudia
y agrupa un gran número de
concesiones: Porvenir, La Llave,
Santa Ana, Federico, Emperatriz,
etc., de las cuales la más importante
es la denominada “La Romana”.
En galerías del pozo La Romana,
a 120 metros de profundidad,
se localizaron diversos objetos
de época romana como lucernas,
monedas, un pico y un cangilón
que pertenecía a un sistema
de desagüe por poleas, todos
ellos del siglo I d.C.. Además las
rafas antiguas se observan aún
hoy en los entornos de muchos de
los pozos de esta zona.
A mediados del siglo XIX, la
empresa La Victoria investiga la
zona de La Veredilla y en 1856 la
Compañía General de Minas hizo
lo propio con La Romana.
El mayor desarrollo de los
trabajos de extracción se realiza
entre los años 1888 y 1894. El impulso
se debió al cambio de propietario,
en 1880 Ceferino Avecise
localiza un gran dique de estériles.
Mina de las Pozas
Explotación familiar de pequeña
envergadura de mediados
del siglo XX, cuya importancia radica
en la presencia de unas de
las pocas torres metálicas aún
existentes en el Valle de Alcudia,
dado que en la mayoría de las explotaciones
la extracción se llevaba
a cabo mediante una polea
fijada a un castillete de mampostería
realizado con materiales de
la zona.
Complejo Minero de Minas
de Diógenes
En época romana en este
lugar se desarrollo un poblado,
una explotación minera y una
fundición. El poblado romano se
sitúa sobre el espolón, donde se
encuentra el poblado minero moderno,
dominando el rico filón de
galena argentífera y el espacio
circundante. Existen dos habitats
yuxtapuestos: Diógenes I y Diógenes
II.
Diógenes I tuvo una extensión
de 6 o 7 Ha, ubicado junto
al filón de mineral, el inicio del
asentamiento fue a finales del siglo
II a C. y su desarrollo durante
la primera mitad del siglo I a.C.,
fue abandonada a mediados del
siglo I a.C. La proximidad del yacimiento
a la vía Castulo-Sisapo y
el acceso al valle de Guadalquivir
a través del Jándula, lo pone en
relación con el distrito minero de
Castulo y la societas castulonensis.
Diógenes II se desarrolló a
partir de la primera mitad del siglo
I d.C., al oeste de Diógenes
I, de cronología altoimperial (siglos
I y II d.C.); el poblamiento y
explotación minera fue menor que
el anterior, aunque existen vestigios
de una fundición al norte del
asentamiento.
Esta explotación minera
posiblemente tuvo continuidad
durante el siglo XVI, siendo el momento
de máxima expansión a lo
largo de los siglos XIX y XX.
En 1892 es adquirida por la
Sociedad Minera y Metalúrgica de
Peñarroya, cobrando un nuevo
auge. El brusco descenso de los
precios del plomo, a comienzos de
los años 30, hace que se cierre la
explotación en 1932. Diez años
más tarde, se reanuda la actividad
con la instalación de un lavadero
de minerales y en 1943 se
logra una explotación regular,
con más de 2000 toneladas
anuales de mineral extraído, y
entre 130 y 250 obreros. En 1958
se mejoran las instalaciones del
lavadero, hecho que hace aumentar
la producción. (Durante
los años 60 y 70 únicamente siguen
en activo los trabajos, muchas
veces de investigación de
Diógenes y el lavadero de flotación
de La Gitana en Mestanza.)
Se conservan restos de las
instalaciones más modernas: restos
de las viviendas de los trabajadores
de las minas, algunas instalaciones
mineras, los lavaderos
y una pequeña capilla. También
quedan los restos del Balneario de
Las Tiñosas. Destacar que todavía
se aprecian en superficie las rafas
o trincheras de explotación del
filón de época romana.
4 Oretania 20 a 26 de febrero de 2010
Reportaje
Oretania de Información Local
Viene de página 3
En este poblado-fundición
romano se ha documentado una
sola fase de ocupación de época
romano-republicana, que abarca
aproximadamente un siglo (mediados
del siglo II a mitad del I
a.C.).
En la zona excavada se distinguen
tres áreas. El sector A se
sitúa en el extremo norte, donde
se localiza una calle central en
torno a la que se distribuyen de
forma diferenciada series de estancias,
unas para producción y
otras para habitación, a las que se
accede por otra calle que no ha sido
excavada. El sector B localizado
en el centro de la zona excavada,
es un gran espacio abierto,
sin apenas estructuras pero con
abundantes restos de escorias,
plomo fundido, cerámica y tierra
quemada. El sector C es la zona
más meridional del área excavada
donde se vuelven a localizar zonas
de habitación y lavaderos para
la transformación del mineral.
Entre el material arqueológico
exhumado, destacan los elementos
relacionados con la actividad
de transformación del plomo
y la plata: restos de fundición y
utillaje de plomo. Además se han
documentado abundantes restos
de cerámica común y hallazgos
numismáticos. La circulación de
moneda romana y los restos de
cinabrio en las canalizaciones del
poblado, vinculan política y administrativamente
la fundición de
Valderrepisa con la cercana ciudad
de La Bienvenida-Sisapo.
Minas del General-Las
Panaderas
Relacionadas con el cercano
grupo minero de La Romanilla
y ubicadas en el municipio de Cabezarrubias
del Puerto.
La mina del General se caracteriza
por la existencia de una
gran cantidad de edificaciones de
tapial con base de mampostería,
en su mayoría anexas a pozos
profundos forrados con muros de
mampostería; con abundantes escombreras.
Hacia el norte aparecen los
restos de la Mina de las Panaderas
de similares características a
la anterior.
Pozo Minero Las Simonas
Situada en la mitad oriental
del Valle de Alcudia, en las proximidades
de Hinojosas de Calatrava,
siendo una explotación de
las más recientes.
Este conjunto esta compuesto
por una serie de labores
compuestas por dos pozos de
unos 60 metros de profundidad y
separados entre sí 50 metros. Dichos
pozos dan paso a cuatro
plantas, dos de ellas comunicadas
entre sí. El pozo más meridional
es de mayores dimensiones, se
encuentra parcialmente cubierto
por una estructura metálica resto
del sistema de acceso al interior
de la mina, al oeste, existen restos
de construcciones empleadas
para la maquinaria anexa. Al este
Ha sido la última explotación
subterránea de la comarca,
procediéndose a su desmantelamiento
en 1979.
Grupo Minero La Gitana
Estaba compuesto por dos
concesiones: “Lealtad” y “Tres
amigos”, que ocupaban una extensión
de 12 Has, donde se explotaron
500 metros del filón La
Gitana.
La explotación se pone en
marcha hacia 1896 alcanzando
una producción de 160 toneladas,
para llegar a 25.000 en 1913, momento
en el que se abandonan
temporalmente los trabajos.
Los últimos datos de explotación
datan de las décadas de
1950 y 1960, momento en que
estaba funcionando un lavadero
de flotación para la extracción primordialmente
de blenda. Este lavadero
junto con el de la Mina
Diógenes son los últimos testimonios
de la actividad minera en el
Valle de Alcudia, que todavía hoy
podemos ver en la zona sur de la
mina de La Gitana.
La Gitana presenta dos importantes
conjuntos separados
por una gran escombrera. El primero
se sitúa en la zona más elevada,
compuesto por tres pozos,
lavaderos, tolvas, edificios anexos
y una gran chimenea de mampostería
con esquinas reforzadas con
ladrillo macizo, todo ello de finales
del siglo XIX y comienzos del
XX. El segundo grupo, mucho más
moderno y modesto, lo constituyen
los lavaderos empleados en el
relavado de las escombreras antiguas
y estuvieron en funcionamiento
hasta la década de los
años 1970.
En las inmediaciones de esta
mina encontramos otros pozos
y grupos que también explotaban
parte del filón La Gitana. Al
este se localizan las minas San
Pedro y Encinarejo; al sudoeste la
mina Victoria Eugenia que se explotó
hasta1945; y, hacia el sudeste,
el llamado Grupo Villalba explotado
entre 1878 y 1898. Algo
más alejadas se encuentran las
minas de Santa Bárbara y el Burcio.
Mina del Encinarejo
A comienzos del siglo XX,
en las cercanías de Mestanza,
aparece un importante número de
explotaciones mineras y de transformación
asociadas al descubrimiento
del filón denominado “La
Gitana” rico en galena y blenda;
una de las más importantes fue la
del Encinarejo.
Ubicada en la falda del
monte homónimo, en la parte
mas alta existen dos pozos asociados
a tolvas y piscinas de decantación,
y una magnifica construcción
de una chimenea y edificios
anexos pertenecientes a un
horno. Junto a este se distribuyen
grandes naves compartimentadas
realizadas con base de mampostería
y alzados de tapial. En la
parte central se localizan otras
dos bocas de acceso al interior
de las galerías. En la parte baja se
En Alcudia
existe una gran
profusión de
indicios mineros se
han catalogado un
total de 484 minas
metálicas en una
extensión de 2500
Km2
20 a 26 de febrero de 2010 Oretania 5
Reportaje
Oretania de Información Local
localizan otras instalaciones de
mampostería y tapial posiblemente
para alojamiento de obreros y
almacenes.
Mina del Burcio
Asociada al auge de explotaciones
mineras de comienzos del
siglo XX, cuyo hilo conductor era
el filón de la Gitana, aunque parece
contar con trabajos antiguos.
En su estructura se observan
las antiguas instalaciones,
destacando el castillete, edificios
anejos construidos con material
volcánico de la Colada del Burcio,
plantas de lavado, etc.
El Castillete de extracción
de esta mina presenta la característica
de estar totalmente construido
a base de mampostería y
ladrillo visto, como muchos de los
castilletes que aún se conservan
en la Comarca, su gran robustez
servía para soportar las presiones
a las que les sometía la máquina
de extracción.
Su funcionamiento es igual
al de las torres metálicas, con polea
en su parte superior y sala de
máquinas en edificio contiguo.
Grupo Minero El Hoyo-Nava
de Riofrío
A comienzos del siglo XX, la
Sociedad Minero Metalúrgica de
Peñarroya, centra gran parte de
sus esfuerzos en la puesta en explotación
de los filones de la zona
conocida como El Hoyo-Nava
de Riofrío. Se trata de una gran
extensión de terreno que ocupa
32 km2y cuyos límites son: al sudeste
la aldea de El Hoyo, al noroeste
Solanilla del Tamaral y al sur
el poblado minero de Pueblo Nuevo
o Nava de Riofrío.
Mina Los Pontones-Hoz
del Chorrillo: Los trabajos mineros
en esta zona se remontan a
época romana.
En 1893, se conocían en la
zona siete concesiones mineras
centradas en su mayoría en la llamada
Hoz del Chorrillo, junto al
cauce del Riofrío.
A comienzos del siglo XX
la Sociedad Minero Metalúrgica de
Peñarroya pone en explotación los
filones de la zona conocida como
El Hoyo-Nava de Riofrío. En el periodo
comprendido entre 1920 y
1926, se multiplican el numero de
concesiones, llegando al tener la
empresa un autentico coto minero
de 11.000 Has de extensión,
repartidos en los términos municipales
de Solana del Pino, Mestanza
y San Lorenzo de Calatrava.
En esta zona destacan dos
puntos de interés: el poblado minero
de Pueblo Nuevo o Nava de
Riofrío y la explotación de la Hoz
del Chorrillo.
Fue el conjunto explotado
con más interés, se reconocen en
la zona más de 26 filones aunque
solo se explotaron 5 ó 6. Los
filones más importantes son los
denominados “San José” y “Los
Diegos”. Los principales esfuerzos
se centraron en el margen izquierdo
del Riofrío, donde en 1924 se
habían excavado más de 2 km de
galerías y cruceros de reconocimiento
de los filones.
Aunque las expectativas no
se vieron cumplidas, las producciones
fueron importantes, entre
agosto de 1929 y el primer semestre
de 1931 se extrajeron
132.170 toneladas de mineral.
Produciéndose el cierre de las minas
en 1931, confluyendo tres
factores: bajada del precio del
plomo en los mercados internacionales,
menor riqueza de los filones
de lo esperado y, por último,
la coyuntura histórica y el cambio
político que se produjo en España
a comienzos de los años 30.
Pueblo Nuevo: Los trabajos
mineros en esta zona se remontan
a época romana.
En 1893, se conocían en la
zona siete concesiones mineras
centradas en su mayoría en la llamada
Hoz del Chorrillo, junto al
cauce del Riofrío.
A comienzos del siglo XX
la Sociedad Minero Metalúrgica de
Peñarroya pone en explotación los
filones de la zona conocida como
El Hoyo-Nava de Riofrío. En el periodo
comprendido entre 1920 y
1926, se multiplican el numero de
concesiones, llegando al tener la
empresa un autentico coto minero
de 11.000 Has de extensión,
repartidos en los términos municipales
de Solana del Pino, Mestanza
y San Lorenzo de Calatrava.
En esta zona destacan dos
puntos de interés: el poblado minero
de Pueblo Nuevo o Nava de
Riofrío y la explotación de la Hoz
del Chorrillo.
La Nava de Riofrío es construida
en 1923, no solo tiene las
viviendas de los mineros y los técnicos,
también esta dotada de escuelas,
hospital, oficinas, cooperativa,
cuartel de la guardia civil
y fabrica de harina y pan. Además
de servicio de agua potable, energía
eléctrica y teléfono; completado
todo ello con la construcción
de una carretera que comunicaba
el coto minero con Mestanza.
El paludismo fue un factor negativo
en el desarrollo de este núcleo,
en 1927 de 703 habitantes
el 52% estaban afectados por esta
enfermedad.
Fundición de El Robledo
En el extremo oriental del
Valle de Alcudia, en el termino
municipal de San Lorenzo de Calatrava,
a unos 3 km del Camino
de la Plata, en la Sierra del Agua,
se encuentra este enclave de
transformación de minerales.
Este escorial de enormes
dimensiones, 25 Has de extensión,
tenía en sus inmediaciones
una antigua fundición, posiblemente
romana. Con ruinas de un
horno de fundición construido con
bloques de cuarcita de forma
oval, cuyo eje mayor mide 2,10
metros y su diámetro interior 0,8
metros.
En 1870 existía una pequeña
fundición, después de este momento,
en los años 60 del siglo XX
las escorias han sido lavadas sucesivamente.
Se observan restos de
construcciones dispersas entre las
escorias. Como en otras fundiciones
de la comarca del Valle de
Alcudia, en las inmediaciones de
El Robledo, no hay minas de plomo
o plata, las más próximas se
encuentran en la provincia de
Jaén, en los entornos de El Centenillo,
al pie del mismo Camino
de la Plata. Por lo que el mineral
debía de llegar a este centro de
transformación especializado en la
fundición, de otras zonas mineras.
Información y fotográfias
facilitadas por la Asociación para
el Desarrollo Sostenible
del Valle de Alcudiacapture-20130527-085412.png